miércoles, 21 de abril de 2021

El (super)poder de la lectura

El próximo viernes 23 de abril es el Día Internacional del Libro, aunque los actos para celebrarlo se vienen realizando desde hace días. Fijada por la Conferencia General de la UNESCO en 1995, esta fecha simbólica de la literatura universal coincide con la de la desaparición de los escritores William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega. Este día rinde homenaje a los libros y a los autores, y su celebración pretende promover el disfrute de los libros y fomentar el acceso a la lectura para el mayor número posible de personas. Como indican en la página web de la Unesco, "trascendiendo las fronteras físicas, el libro representa una de las invenciones más bellas para compartir ideas y encarna un instrumento eficaz para luchar contra la pobreza y construir una paz sostenible". Y es que, aunque la Unesco se refiera al <<poder mágico de los libros>>, ese poder que se confiere a los libros es, en realidad, un poder de las personas: el poder que nos da la lectura, tan potente, que bien podría ser el <<superpoder de la lectura>>.
 
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Como hemos comentado en muchas ocasiones, dado que con palabras nos expresamos y comunicamos, estas nos sirven para hacernos reflexionar y organizar nuestras propias acciones. En palabras de César Antonio Molina, columnista de El País (recogidas por Dolores Carbonell en su blog): "pienso en la medida que soy capaz de expresarlo en palabras: interiormente o hacia los demás". Por lo tanto, la lectura nos permite desarrollar el pensamiento y, quizás, este sea el elemento que más nos interese desde un punto de vista educativo, aunque tiene otros muchos efectos beneficiosos más. Como resalta Dolores Carbonell, "con la lectura el estrés se reduce y la inteligencia emocional gana, igual que el desarrollo psicosocial, el autoconocimiento y la empatía". De Cárdenas y Rodríguez (2008) comienzan afirmando que: "Los beneficios de la lectura son significativos: incorporación de conocimientos, ampliación del vocabulario, perfeccionamiento de la ortografía, avance de las capacidades verbales, desarrollo de la memoria, la comprensión, la creatividad y la imaginación, adquisición de información, crecimiento personal, desarrollo del espíritu crítico y disfrute." (p.5). Y continúan citando a Vargas para añadir que, además, la lectura es una pieza clave del "desarrollo humanístico, de los avances científicos técnicos, en fin, del crecimiento humano, es ingrediente de primer orden en la evolución social" (De Cárdenas y Rodríguez, 2008, p.5).

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Además de los actos oficiales con los que se celebra este día, nosotros podemos tomarlo como excusa para organizar actividades creativas, interdisciplinares y enriquecedoras en torno a la lectura, tales como: rutas literarias, intercambio de libros, redacción de microrrelatos, campaña de fomento de la lectura y visitas a bibliotecas. En este blog nos recomiendan hasta 50 actividades diferentes recopiladas por la filóloga Isabel Bermejo, que van desde la creación de un  club de lectura escolar, hasta la elaboración de graffitis efímeros (por ejemplo, en cajas de zapatos) o permanentes (en las paredes interiores del colegio o en muros del patio), pasando por la construcción de museos temáticos, la realización de cinefórum y múltiples opciones de talleres (como de títeres o de cómics).

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En cualquier caso, la idea es incentivar el gusto por la lectura entre los niños y niñas, ya que, además de un agente de construcción del conocimiento y un instrumento de alfabetización, la lectura es un placer que hay que cultivar. Como muestra de lo importante es que este gusto se cultive desde edades tempranas, valga la frase de Francisco Brines que este año han elegio las instituciones como eslogan: "Yo sé que olí un jazmín en la infancia una tarde y no existió la tarde".

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Siendo un placer, la lectura debe de suponer un disfrute para quien la práctica, por lo que debemos de hacer que los niños y niñas lo pasen bien leyendo. Así, además, crearemos en ellos/as una motivación propia para que quieran leer. En este sentido, los autores/as de un estudio relizado con niños/as con dificultades lectoras concluyen que dichas dificultades pueden mejorarse con la aplicación de un programa de intervención de la lectura, centrado en el juego (Cadavid et al., 2014). Os animo a consultar su propuesta, que se basa en juegos con los que es muy fácil trabajar interdisciplinarmente diversas áreas de conocimiento (como Ciencias y Educación Física, entre otras). Dicha propuesta se articula en torno a cuatro estaciones siguientes (Cadavid et al., 2014):

  1. Jugando con Jota y Zeta: estación centrada en el uso del computador. En ella los participantes tienen la opción de desarrollar juegos lúdicos de lectoescritura en el computador, enviar correos electrónicos y/o chatear con dos personajes ficticios, Zeta y Jota.
  2. Bibludoteca: en esta estación los niños escogen distintas actividades a realizar, todas caracterizadas por la presencia de las letras en los juegos. La estación está organizada en tres espacios de juego. En el primer espacio se encuentran los juegos de mesa que implican el uso de letras o palabras, por ejemplo, loterías, rompecabezas, dominó, parqués, etc. El segundo espacio es el rincón lector, en el que se encuentran dispersos en el suelo historietas y cuentos cortos para que los niños examinen a su gusto. El tercer espacio es el de grafitis, en el que los niños pueden escoger plantillas de historietas para colorear y rellenar cuadros de diálogo de los personajes que aparecen en dichas plantillas.
  3. Revista TV: estación centrada en la elaboración y diseño de una revista y un noticiero utilizando herramientas tecnológicas como videocámaras, computadores, fotografías para diseñar el material que se presentaría en la revista y noticiero.
  4. Patio Pato2: esta estación se organiza en torno a juegos físicos de competencia y agilidad. Los juegos diseñados se basan en el cumplimiento grupal de una misión, por ejemplo, encontrar un tesoro escondido, siguiendo claves escritas.
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Chambers (2007) señala la importancia de que sean los propios niños y niñas los que elijan sus lecturas, desarrollando su gusto y su capacidad para discriminar por sí mismos la calidad de lo que leen. En que es esencial dar esa libertad y ese papel activo a los pequeños/as lectores/as, coinciden las docentes del C.E.I.P. Dulce Nombre, de Puente Genil, que compartieron su experiencia en el 30 Encuentro de Centros Innovadores celebrado hace dos cursos en nuestra Facultad. Os dejo su presentación para que la consultéis. En su intervención, las docentes expusieron cómo de un taller de comprensión lectora y de razonamiento surgió la "lectura activa", basada en la "biblioteca de aula" que fueron creando junto a sus estudiantes. Nos comentaron que, en sus clases, desarollaban la práctica de la lectura en distintos tiempos y espacios (al principio o al final de la jornada; en el aula sentados en sus sillas o en el patio tumbados debajo de un árbol), también en función de las preferencias de los niños y niñas, y llegando a acuerdos con ellos/as, que eran quienes demandaban dedicar tiempo a la lectura como medio de diversión y relajación (sin considerarla una <<actividad de clase impuesta para aprender>>).

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REFERENCIAS

Cadavid, N., Quijano, M. C., Tenorio, M. y Rosas, R. (2014). El juego como vehículo para mejorar las habilidades de lectura en niños con dificultad lectora. Pensamiento psicológico, 12(1), 23-38.

Chambers, A. (2007). El ambiente de la lectura (pp. 15-21). México: Fondo de Cultura Económica. 

de Cárdenas, A. y Rodriguez, L. (2008). Aspectos teóricos conceptuales dirigidos a la promoción de la lectura en niños y jóvenes. Ciencias de la Información, 39(2), 3-14.

 

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