En la entrada anterior, con motivo del día Internacional del la Mujer, comentamos la necesidad de trabajar la coeducación y la eliminación estereotipos de género que pueden coartar la construcción de la identidad, tanto de los niños como de las niñas. Pero ¿a qué nos referimos con "coeducación"?
En pocas palabras, se podría decir que la coeducación se refiere a una educación en y para la igualdad, desde el punto de vista del género. Es decir, una primera idea sería no hacer distinciones por géneros a la hora de educar. Por ejemplo, no enseñar cosas distintas a los niños que a las niñas. Pero esa educación en igualdad no significa obviar las diferencias de identidad, sino atenderlas, considerar que todas ellas son válidas.
Así, coeducar para las niñas no puede significar tomar como referente válido el que ya tenían los niños. Y para los niños significa repensar el que ya tenían asignado. Tanto las mujeres como los hombres hemos de pensar de nuevo, desde otros referentes, qué significa ser una mujer, ser un hombre, en el contexto histórico en el que vivimos (Blanco García, 2007).
Como apuntan en la web del Instituto Andaluz de la Mujer, coeducar consiste en desarrollar todas las capacidades, tanto de niñas como de niños, educar en igualdad de condiciones, de trato y de oportunidades. Supone eliminar estereotipos o ideas preconcebidas sobre las características que deben tener las niñas y los niños, los chicos y las chicas, las mujeres y los hombres. Cada niño o cada niña tiene derecho a ser diferente, por lo que es necesario educar valorando las diferencias individuales y las cualidades personales. La coeducación tiene como objetivo hacer personas dialogantes e implica respeto y tolerancia, por lo que es crucial para la salvaguarda de la democracia y la prevención de la violencia.
Como afirma Ana Belén Castilla Pérez (2008): tenemos una importante labor que desarrollar desde la escuela, la familia y la sociedad en general, interviniendo para que el mundo sea más vivible y civilizado, más apropiado para desplegar las posibilidades de las mujeres y de los hombres que lo habitamos, aprendiendo a respetar las diferencias, convirtiéndonos nosotras/os en un claro ejemplo para nuestros niñas/os y jóvenes (pp.51-52).
Esta autora, que trabaja en un colegio de Educación Infantil y Primaria, señala que, desde cada centros educativo, se deben plantear pautas de intervención y propuestas de mejora para el desarrollo de la labor coeducativa en el mismo, propias de cada centro, que impliquen a toda la comunidad educativa, con propuestas específicas para las familias, el profesorado y el alumando (Castilla Pérez, 2008).
Como propropuestas dirigidas al alumnado apunta:
• Confeccionar
actividades que lleven a las alumnas y alumnos a valorar positivamente:
el desarrollo de tareas de forma igualitaria y el desarrollo de todas
las profesiones de forma igualitaria, independientemente del sexo, así
como su contribución en la sociedad.
• Estimular a las alumnas y alumnos para que participen en todas las tareas domésticas y relacionadas con el centro, dentro de sus posibilidades.
• Fomentar el uso igualitario de los espacios, principalmente el patio de recreo.
• Intervenir
en el juego simbólico, mostrándoles la posibilidad de poder jugar a
todos los juegos y con todos los juguetes, así como la de poder
desarrollar todos los roles sociales que existen de forma igualitaria.
De hecho, ella pone mucho énfasis en la importancia de los juegos en la coeducación porque subraya que las diferencias en la selección de juguetes y juegos implican el comienzo de la adquisición de comportamiento estereotipados en los primeros años de vida, citando a Maccoby (1998).
• Celebración del Día internacional de las Mujeres (8 de Marzo), tomando como referencia la figura de la ABUELA. En cada curso las profesoras/es o las alumnas/os leyeron una carta en la que se hablaba de la “Historia de una mujer importante”, sin decir quién era. Después de leerla tenían que adivinar de quién se trataba y establecer un debate (asamblea) sobre la figura de las abuelas y la figura de la mujer trabajadora en general. A partir de esta actividad se realizaron otras: traer fotos de las abuelas y contar historias sobre ellas (Educación Infantil y primer ciclo de Educación Primaria), preguntar en casa cómo eran sus abuelas y traer una descripción a clase (segundo ciclo de Educación Primaria), elaborar una descripción completa de las abuelas (física, emocional, labor que realizan,…) y decir cada una/o que siente hacia ella (tercer ciclo de Educación Primaria), entre otras.
• Análisis de biografías de mujeres relevantes. Esta actividad se realizó en Educación Primaria principalmente y se fomentó la participación de la familia pidiéndoles ayuda en la búsqueda de información sobre cada mujer para la realización de otras actividades posteriores.
• Concurso de fotografía a nivel de centro. Con esta actividad se perseguía concienciar y motivar hacia la coeducación a todos los miembros de la comunidad educativa. Cada alumna/o debía traer de casa una foto donde se reflejara una acción coeducativa (labores domésticas, juegos compartidos,…). El jurado estaba constituido por profesoras/es y existía un premio por nivel para el que hubiese plasmado mejor la igualdad entre sexos. Esta actividad tuvo una buena aceptación entre toda la comunidad educativa.
• Taller de juegos tradicionales en el patio. Esta actividad se realizó a nivel de centro, adaptando los juegos a las características y necesidades de cada grupo de alumnas/os. Los resultados fueron positivos y las alumnas/os disfrutaron y aprendieron, tanto nuevos juegos como el hecho de que todos somos personas y podemos jugar a lo mismo independientemente del sexo que tengamos. (Castilla Pérez, 2008, pp.63-64)
Al margen de las actividades especialmente dedicadas a la coeducación que planteemos, lo más importante es que la trabajemos transversalmente, en todo momento, desde todas las áreas y dando ejemplo con nuestra conducta. Como dice Ana Belén:
Debemos tener presente que todas y todos aprendemos más con el ejemplo que vemos que con la teoría que nos cuentan, tanto niños y niñas como adultos. Por tanto, nosotras y nosotros, maestras y maestros, madres y padres, educadores en general, somos un ejemplo vivo para nuestras niñas y niños, un reflejo de lo que ellas y ellos deben hacer (Castilla Pérez, 2008, pp.65).
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Fuente |
En su artículo, la autora, recoge también algunos instrumentos de evaluación basados en los de Díaz-Pines Sendra (2005) que son doblemente útiles, pues nos permiten activar la conciencia y hacer un diagnóstico de la situación concreta que tenemos en un centro educativo. Entre dichos instrumentos se encuentran:
• Cuestionarios (instrumentos de evaluación cuantitativos), dirigidos al alumnado, a la familia y al profesorado. Dichos cuestionarios están adaptados a las necesidades y características de cada grupo al que va dirigido y son anónimos para respetar la privacidad.
• Escalas de observación (instrumentos de evaluación cualitativos) sobre la actividad que se desarrolla durante el período de descanso en el patio. Son anónimas y las realiza el profesorado en base a la observación de la actividad del alumnado durante este período de tiempo.
• Registro de observación (instrumento de evaluación cualitativo) para analizar el material didáctico utilizado en el centro: libros de textos,…
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Extraído de Castilla Pérez (2008) |
Y os dejo una frase del filósofo Emersotn con el que concluye su artículo Ana Belén: El ruido de lo que somos llega tan fuerte a los oídos de los/as niños/as, que les impide oír lo que decimos.
REFERENCIAS
Blanco García, N. (2007). Coeducar es educar para la libertad. En Andalucía educativa, 64. Sevilla: Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
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